Capitulo 5 : La Vida Simple
“Ni se te ocurra hablarle bonito a la Karina por que a Pedrito le vale verga ya sabes.”
“No pasa nada.’’ le contestó el Fler al Neto.
“Es neta perro, tu sabes que ese we esta pirata.”
“Yo se que si pero tambien esta casado we, tu prima la trae de nalga no mas, te digo porque conozco a su esposa.” le admitió el Fler.
“¡No seas mamon! ¿Cómo conoces a su esposa? Pa’ empezar como sabes que tiene esposa? y en segunda no me digas que te la cogiste cabrón.” preguntaba el Neto preocupado por su amigo.
“No wey, fue casualidad, la conocí en la escuela de adultos allá en el otro lado cuando tuve que ir por el probation. Ella iba a aprender inglés y nos tocó sentarnos juntos y hasta fuimos a comer, y la neta yo si traía toda la intención hasta que me admitió quien era su vato. Nos dimos un beso acá de piquito nomás una vez pero ya de ahi nada.” confesó el Fler.
“Vales verga, no le digas esto a nadie o te van a zumbar a la verga. Osea que te dijo quien era su vato y le diste un beso al bravazo?” preguntó el Neto sonriendo.
“Jaja no wey, eso fue antes de que me dijera, y la neta si no pasó nada más fue porque ella sí le tiene miedo. Tu sabes que no le saco a esas misiones, aparte yo aun no lo conocía. Ya ahorita el vato se ha portado chilo con nosotros, ya no me aventara esa misión la neta.”
“Osea que ya tiene rato de esto pinche sordero?”
“Ya sabes que yo como callado.” decía el Fler mientras forjaba un cigarro de marihuana.
Se saludaban con el puño mientras se reían de sus travesuras. Aun acostumbraban a juntarse a platicar afuera de la casa de el Neto. Desde ahí se mira la calle por donde entras al barrio y alcanzaron a divisar un convoy de 3 camionetas entrar. Pedrito venía llegando al barrio. Los había citado a los 2 en la casa de el Neto para pedirles un favor. “Les digo de que se trata cuando llegue” les había dicho Pedrito.
“Ahí viene, ya lo forjaste?” preguntó el Neto mientras las camionetas se estacionaron afuera de su casa. La camioneta que transportaba a Pedrito se paraba en la mera puerta de la casa, una en la acera de enfrente y otra en la esquina.
“Simon, pero lo quemamos ya después no? Hay que ver que ocupa primero.”
“Fierro pues” contestó el Neto.
De la parte trasera de la Suburban bajo Karina. Karina traía cara de que había estado llorando. Cosa que le molesto al Fler aunque no sabía qué pasaba no le gustaba verla así, pero no podía decir nada. Karina se fue directo hacia adentro de la casa con su tía sin saludar al Fler y al Neto.
Pedrito sólo bajó la ventana y les ordenó que subieran a la Suburban.
“Trepense we” les dijo Pedrito.
Una vez arriba, las tres camionetas arrancaron. Fler se sentó en el asiento de hasta atrás y el Neto a un lado de Pedrito en el asiento de en medio.
“Que rollo we, que hay que hacer?” preguntó el Neto a Pedrito.
“Prende el gallo que traes ahí Fler, ando bien sacado de onda, me avente un tiro con tu prima Neto. Se enteró que soy casado perrillo y ya te imaginaras, trae una cagadera de palo. Y la neta, yo se que es tu prima y todo pero pues tu sabes que anda sobre la feria, uno no puede confiar en alguien así al final del día, mi esposa sea lo que sea siempre ha estado ahí bien firmes conmigo.”
El Fler procedió a prender el gallo para disimular la risa que le salía al recordar a la esposa de Pedrito. Después de dos fumadas, le pasó el gallo a Pedrito y este le fumó y empezó a desahogarse con los morros.
“Y cómo se enteró?” preguntó el Neto.
“No se, una de sus amigas me puso creo..” interrumpe su desahogo para fumar del cigarro, y seguía hablando con el humo aun en sus pulmones “..y cuando me preguntó la neta no la pude verviar..” expulsa el humo y prosigue “...iba a inventarle algo pero la neta prefiero hablarle al chile por que si la quiero.”
“Le hubieras dicho que eras casado desde el principio culero.” Le decía el Neto en tono de broma pero por dentro le quería reclamar, la veía como una hermana, pero tampoco se podía poner muy bravo con Pedrito, aparte que ya sabía a lo que se dedicaba Karina, pero sentía que no podía quedarse sin al menos decir algo.
“Ya se we, pero pues a la verga, a mi esposa no la puedo dejar, es la mama de mis morros. La Karina va a tener que acoplarse. Ya sabes cómo son esas viejas, un regalito y se le olvida. Aaahh, tu haces retratos que no Fler?” preguntó Pedrito al Fler.
“Simon, aun saco jalesillos de esos de repente.” contestó el Fler.
“Cuanto me cobras por hacerme un cuadro para Karina, de su cara o algo aca placoson?” preguntó Pedrito.
“No hay pedo pareja, se lo hago de gratis por el paro de la otra vez con el CaraLoca.” contestó el Fler. El Neto lo volteo a ver echandole una mirada advirtiendo que tuviera cuidado. Sabía que en verdad el Fler lo hacía por Karina.
“Te lo pago we no hay pedo, para que agarres una feria.” insistió Pedrito.
“Mejor acoplanos a una vuelta o algo.” contestó el Fler.
“Como que a una vuelta? Quieren aventarse un jale o que?”
“Si we, no ocupas gente para algo? Ya sabes que nos vale verga también.”
El Fler así se había hecho de contactos y conocidos. Sabía detectar una oportunidad y nunca la dejaba pasar. Tenían poco conociendo a Pedrito personalmente, pero en las calles la gente ya lo ubicaba. Aún ni ellos saben bien qué es lo que hace Pedrito, pero el Fler estaba decidido a salir de las calles a como fuera lugar. Siempre tuvo dotes creativos como dibujar. Lo malo es que nunca conoció a ningún artista rico, había escuchado de ellos, pero nunca conoció a uno en persona. Los únicos en el barrio que tenían dinero eran los malandros o la gente que trabajaba en el otro lado.
“Me recuerdas a mi de morro Fler..” contestó Pedrito mientras le pasaba el cigarro al Neto “..a cada malandro que conocía le pedía jale. Hasta la fecha. Los contactos son lo más importante y para tenerlos uno tiene que ser eficaz y cumplir con lo que diga.”
“Dicen en las calles que sabes tocar la guitarra..” dijo el Fler.
“Jajaja simon, quien les dijo eso?” preguntó sorprendido Pedrito.
El Fler no podía admitir que su esposa se lo había contado. Varia gente había sido testigo que en algunas fiestas Pedrito ya enfiestado les quitaba el bajo sexto a los grupos y se echaba sus palomazos así que eso le invento.
“Un compa que toca en un norteño me contó que en una fiesta le pediste el bajo sexto y te aventaste unas rolitas. Me dijo que si le sabes.” improviso el Fler.
Pedrito se sintió halagado, y ya con el efecto de la marihuana tuvo un mini viaje al pasado donde se miró a sí mismo de chico. Había dejado atrás su gusto por la música para entrar al crimen organizado. La presión que recibía de su entorno social era similar a la que vivían Los Del Barrio. Terminas convencido que la vida recia es la mejor manera de vivir. Pedrito se había quedado con la espinita de ser un músico famoso. Ya estaba tan adentro de su papel que por más que quisiera salirse ya no podía. Ahora ser jefe del cartel era su única opción. Y como él había otros. Algunos quisieron ser futbolistas, boxeadores, algunos hasta fueran buenos empresarios. Pero nadie contrata gente más rápido que el cartel.
“Yo de morro me gustaba un chingo la música, por eso ahora cada que puedo jalo norteños y les ayudó que con instrumentos, o les pido que me hagan corridos y se los pago extra, cosas así para alivianarlos. Yo de morro pensaba muy diferente. Disfrutaba de la vida simple. Ya no mas conoces otras cosas y se te abre la mente y no hay manera de volverla a cerrar. Pensé que iba a morirme joven la neta. Yo estaba seguro que no pasaría de los 23, y ahora que no paso asi siento que un día tendré suficiente dinero y me podría retirar de este pedo, pero cada vez estoy más metido. Aprendes que el dinero nunca será suficiente si no tienes un límite. Me he quebrado a tantos weyes, que tengo que cuidarme de sus amigos y familiares. Gobierno tiene mi nombre en investigaciones pero nada concreto, y no lo voy a negar me gusta un chingo esta vida, pero se que no lo es todo, yo a lo que sea que me dedique voy a ser bueno por que me gusta hacer las cosas bien. Y siento que algún día voy a poder pegar el fantasmaso y perderme por ahí para empezar otra vida. Una vida simple. Que loco que me metí en esto para salir de esa vida a la cual ahora quiero regresar.”
Después de eso, los tres se quedaron callados por un momento. Seguían fumando y escuchando la música de fondo. Los escoltas traían un disco de la Explosion Nortena. Las melodías y letras de sus corridos se mezclaban con los pensamientos que les había contagiado Pedrito. ¿Hasta cuándo harían esto? ¿Cuánto tiempo les queda de vida? Pensaron en sus madres. La marihuana y la plática con Pedrito los puso introspectivos. Ese momento fue interrumpido por los tosidos de el Neto que acostumbraba a ahogarse tanto con el humo que tosía como si se fuera a morir. Se ponía todo colorado y empezaba a escupir. Todos se empezaron a reír, hasta los escoltas.
La familia del Neto era negociante. Sus tíos y primos se dedicaban a la venta de muebles. Era el negocio de la familia y por eso el Neto era tan bueno negociando y vendiendo. Lo traía de sangre. Tenía el carisma para caer bien y tenía palabra. A él solo le interesaba mantener a su mama. No le importaba si era vendiendo muebles o perico. No le interesaba ser famoso ni ser rico, solo estar bien y que a su mamá no le faltara nada. Su mamá siempre se dedicó a ayudar a otra gente, llevando comida a las casas de migrantes o a las cárceles también. Gente de bien que no busca abundancia, solo bien estar. La mamá de Karina ha sido alcohólica toda su vida sin ambiciones ni metas. Karina era todo lo contrario. Nunca conoció a su padre. Ella soñaba con tener lujos. Tenía una mente buena para los negocios. Solo que igual que su primo y los demás, el entorno social la presionaba a buscar esos lujos a como fuera lugar. Sentía que se le iba el tiempo y ella quería gozar de esos lujos de joven, no ya de grande.
“Que tienes mija por qué vienes así?” le preguntó Doña Aurora a Karina mientras la abrazaba.
Karina buscaba las palabras para poder desahogarse. Siempre intentaba hacerse la fuerte pero con su tía no podía. Al sentir la calidez de su abrazo se soltó llorando. Se había ilusionado, una vez más, con el hombre equivocado. Ella había creado un mundo lleno de amor a lado de Pedrito. Pensó que por fin podía dejar de dedicarse a estar saliendo con hombres por dinero y convertirse en la esposa de un jefe.
“¿Te hizo algo, te lastimó?” preguntaba preocupada Doña Aurora.
“No pasa nada tía, no se preocupe.. Es solo que.. Está casado.” decía Karina después de tomar un largo suspiro.
Después de soltar la cruel verdad que acababa de descubrir, volvió a enterrar su cara entre los brazos de su tía. El llanto volvió. Como cuando niña lloraba con su tía porque su mamá llegaba borracha regañandola, o a veces no llegaba. Karina corria a casa de su tía donde se sentía segura.
“Dejame te preparo un tésito mija para que te relajes un poco.” le decía su tía mientras le tomaba su bolsa y sus cosas y las acomodaba en la mesa de la sala.
Mientras Doña Aurora le preparaba un té y algo de comer, Karina se auto culpaba por haberse enamorado. Ella sabía que en este mundo el amor es lo último que importa y se había dejado llevar por sus emociones. “Si yo ando tras el dinero que chingados hago enamorándome?” pensaba con coraje. Sintió que algo volvía a activarse dentro de ella. Antes de enamorarse, tenía muy clara su misión y sus metas. El amor la había cegado de todo eso. Sentía que había domesticado demasiado su demonio. El demonio de Pedrito le había ganado al de ella al punto de ni siquiera pensar en él. Se había abierto completamente con Pedrito y Pedrito se aprovechó de esa vulnerabilidad. Era hora de sacar ese demonio que había olvidado para qué servía. Servía precisamente para estos casos, para evitar que le pasaran este tipo de cosas. Fue Pedrito quien le habló de ese demonio que todos tenemos y ahora por fin se dio cuenta exactamente de qué hablaba Pedrito. Todo este tiempo Pedrito pensó que ella fingía su amor hacia él, nunca confió en ella al cien por ciento. No confiaba en el tipo de mujeres que las mueve el dinero. La realidad era que Karina si estaba siendo transparente con sus sentimientos. Karina si se había enamorado. Amor que se estaba convirtiendo en despecho. No era el hecho de que Pedrito le falló, sentía que se había fallado a ella misma.
“Quieres platicar mija..” le preguntaba Doña Aurora cuando venía con una taza de té “..yo se que a veces te guardas tus cosas y no te gusta decir pero ya sabes que yo te amo mucho y siempre voy a estar aquí para ti.” le decía mientras le sobaba la parte superior de su mano.
“No me deje enamorarme otra vez tía, cuando me vea así, no me deje por favor.” le pedía Karina a su tía.
“El amor es muy bonito cuando encuentras a la persona correcta por las razones correctas hija. Tu lo estas buscando en las personas incorrectas por las razones incorrectas. Pero no te preocupes que así aprendemos todos, nomas no te dejes caer, tu siempre has sido una niña muy fuerte y yo se que de esta saldrás aún más fuerte.”
Para romper un poco el hielo Doña Aurora le hizo un comentario que sabía le sacaría una sonrisa a Karina.
“Si buscas amor, ahí está Gonzalito, ese lo has tenido enamorado desde que eran chicos.” refiriéndose a él Fler.
Efectivamente, Karina no pudo evitar soltar una ligera sonrisa que contrastaba con sus ojos llorosos.
“Hay tia, Gonzalo se va agarrar una muchacha de bien, no alguien como yo.” contestó Karina.
“No digas eso mija, tu vales mucho. Y ese muchachito lo puede ver.”
“Tal vez, pero créame que después de esto no quiero saber nada del amor.”









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