Capitulo 6 : Don Robert nos cobija.


El Guero degustaba un delicioso aguachile "Perla Negra" en un conocido restaurante de mariscos cuando volteo ligeramente hacia arriba y miro una cara conocida. 

Era el mismo que hace unos días les había rociado un cargador a balazos. Estaban Los Del Barrio en la banqueta recargados en el carro. Pero cuando vieron que se paró una grand cherokee tipo '98 y del vidrio trasero se asomó una mano empuñando un arma. Les tomó medio segundo en analizar. El Neto venía saliendo de su casa y alcanzó a dar el aviso
"¡Trucha!" grito el Neto y todos se tiraron al suelo hacia el rin de la llanta. No alcanzaron a ver pues algunos se tiraban y otros corrían. Los silbidos de las balas al pasarles rozando y las detonaciones aturdía. Al menos 15 disparos se escucharon. 

“Sentí vidrios caer sobre mi. Cuando me di cuenta que no se bajaron empecé a arrastrarme hacia adentro de la casa. No llegue a la puerta cuando escuche el quemón de la llanta y escuche como se alejaban a toda velocidad. Me levanté al mismo tiempo que todos. Sorprendidos, nos dimos cuenta que no le habían pegado a nadie. Yo corrí hacia dentro por mi arma, pensando en la cara del chofer de la cherokee. Al tirador no lo pude ver por la oscuridad de la noche y los vidrios traseros estaban polarizados, lo que hacía más difícil ver hacia la parte de atrás. El chofer no tuvo tanta suerte, ya que donde se detuvo para tirarme, le pego la luz en la cara y alcanze a ver clarito su carota de pendejo” contaba el Guero.

“Yo me regresé corriendo por el cuete y cuando salí ya se habían ido” contó el Neto.

“El Chaky se metió abajo del carro a la verga, quien sabe como enflaco de un segundo a otro jajajaj” se reía el Bimbo.

“Tu que we, ya ibas como a dos cuadras y los vatos todavía ni disparaban” le contestaba el Chaky.

Se habían ido a comer después de que el Mando y el Güero ganaran una feria por haber metido merca al gabacho con uno de sus tíos. Sus tíos los dejaban que les ayudaran y les pagaba algo si entraba el jale. Estaban reunidos en el restaurante el Güero, el Mando, el Chaky, y el Bimbo. Habían dejado el arma en el carro. Al percatarse de que en la otra mesa se encontraban los que unos días antes había intentado matarlos empezaron a planear el contraataque.

“Wacha ni cuenta se han dado, pide la cuenta Bimbo” dijo el Güero. “Tiéndete por esa madre Mando o tu Chaky.”

“Yo me jalo” dijo el Mando. El Chaky se salió con el al carro mientras el Bimbo esperaba la cuenta con el Güero.

“En cuanto salgamos el Bimbo y yo, te jalas” le escribió por mensaje a el Mando. El Chaky se encargó de ser el chofer y se acercó en el carro junto con el Mando a la entrada del establecimiento esperando que salieran los otros dos. El Mando se puso un pants que había en el carro y se cambió de sudadera y con una bufanda se tapó la cara. En cuanto el Mando miro salir al Bimbo y al Güero, abrió la puerta, se bajó del carro, cruzó la puerta del establecimiento, camino con velocidad hasta la mesa donde se encontraba el objetivo comiendo con una mujer y otra pareja y le dejó caer 9 balazos. Salió corriendo del establecimiento y en cuanto se subió a la camioneta el Chaky acelero, llevandose la pluma del estacionamiento. El Guero y el Bimbo se habían ido caminando hacia la otra calle y ahí los recogieron. Aceleraron hacia la vía rápida perdiéndose en el tráfico.

Llegaron al barrio y metieron el carro del Chaky a la cochera de el Fler.

“Que pedo que hicieron?” preguntó el Fler, ya que habían escondido el carro. Se dirigieron al cuarto del Fler y se pusieron a platicar todo con la adrenalina aún al tope.

Mientras todos hablaban, el Bimbo se ponía a forjar un cigarro de marihuana, lo prendió y todos se relajaron.

“Yo creo que me iré para con mi tío al rancho a esconderme unos días” decía el Mando.

“Después de la fiesta te vas” le decía el Güero.

“¿Qué fiesta?” pregunto el Chaky.

“La del Neto perro. No te invitó o qué?” dijo bromeando el Bimbo.

“A ti ni te invitan we, tu no mas llegas” le contestaba el Chaky.

“No me invitan pero tampoco me dicen que no vaya” Contestaba el Bimbo al mismo tiempo que todos se reían.

“Simon, el otro día nos fumamos un gallo con Pedrito y dijo que iba jalarse a toda la clica.” dijo el Fler.

“Tenemos que averiguar a quién le pegamos, hablale a Don Robert, Fler” dijo el Güero “explicale como estuvo el pedo desde el principio y dile que si no ha escuchado nada o como nos puede echar la mano.”

“La neta Don Robert siempre se ha portado bien a toda madre” decía el Mando. “Cómo fue que te acoplaste tanto con el ruco Fler?”

“De mas morro bien loco con las rivotriles me ponía a pedirles chamba a cuanto malandro conocía. ‘Que show, hay cuando ocupe cualquier cosa aqui andamos’ les decía. A Don Robert igual.‘Que onda Don Robert, póngame a hacer algo, yo jalo’, le decía y me contestaba
‘Jaja cual ‘yo jalo’ cabrón, portense bien, está chamaco’ me decía. Ya vez que Don Robert siempre nos quiso cuidar y alejar de problemas..” contaba el Fler.
“..Fue hasta que un día, no se como Don Robert se enteró que le cruzaría un carro a un pollero de haya de la liber. Justo antes de que me entregaran el carro, se apareció Don Robert y me indico que me acercara a su carro. Me enseñó dos registros de carro.
‘¿Cuál es original?’, me pregunto.
Me quedé viendo los dos papeles fijamente esperando encontrar alguna anomalía o algo que me indicara cual era falso.
‘No ps no se...esté?’, le conteste sin tener idea de lo que le decía.
‘¿Cómo sabes que no te mandaran en un carro robado o algo?’, me decía en tono de regaño.
‘Dile que no vas a ir’ y yo
‘Pero Don Robert, ya vienen con el carro” le contesté.
‘Diles que Don Robert no te dio chanza, que ya trabajas para mí’, me contesto
Y aunque fingí estar molesto de lo que me estaba obligando a hacer, por dentro me salía una sonrissota jajaja” finalizó el Fler.

Don Robert les había agarrado cariño a Los Del Barrio. Don Robert era “pollero”, así se le llama en las calles de el Bordo a la gente que cruza migrantes al otro lado de la frontera. Trabajaba solo unas horas al día, con sueldo de empresario. Nunca robó. Nunca estafó a nadie. Nunca usó la violencia.

Don Robert se dedicaba a cruzar gente ilegalmente al otro lado y era muy bueno haciéndolo. Contaba con una red de personas con nexos en estados del sur de la república donde le mandaban personas que querían cruzar al otro lado. No aceptaba que cualquier persona le pasara gente, solo los recomendados por los encargados de conseguirlos.

Cualquier persona que se dedique a algún tipo de tráfico ilegal sabe lo fácil que es cruzar la frontera. Algunos cuentan con sistemas de tecnología avanzada para esconder mercancía. Otros como, Don Robert, avientan de 3 a 6 personas en el suelo de una TrailBlazer y los cubre con una sábana color negra. Manda el carro en la madrugada, usualmente con un chofer que cruza seguido y muy rara vez es sometido a revisión. ''A dónde va?” pregunta el oficial de migración. ''A trabajar'' le contesta el chofer con uniforme de jardinería y un poco de herramienta regada en el carro. Antes de llegar a la caseta del oficial, el chofer se asegura de quitarse la cachucha, abrir la ventana de la parte trasera izquierda y bajarle al radio. Antes de eso, el chofer ya se encargó de escoger la fila donde el oficial solo esté sentado dejando pasar gente rápido. En la computadora, el oficial puede checar a que hora cruza, que dia, con quien y en qué carro. Por eso en cuanto el chofer le contesta que se dirige a trabajar, el oficial le devuelve el documento sin siquiera mirarlo a los ojos. Un chofer que cruza todos los días a la misma hora en el mismo carro y de verdad se dirige a trabajar, es muy fácil que cruzen sin problemas y no duren más de 1 minuto con el oficial.

Ya estando en terreno gabacho, las personas son llevadas a una casa de resguardo donde se encargan de atender a las personas que llegan. Se les da de comer y dónde dormir en lo que los reparten. Algunos pagarán por ir a Los Ángeles o más arriba, otros se quedarán ahí cruzando. De igual forma el dinero llega a manos de Don Robert por medio de alguno de los choferes que se devuelve a México con una paca de dinero. Si no acaban muy tarde de trabajar, Don Robert ofrece pagarle a la gente en cuanto tenga el dinero en sus manos. El dinero se reparte con la persona que consiguió al ''pollo'', otra al chofer, otra a la persona de la casa donde los esconden, lo de más para el patrón. Para Don Robert, acabar tarde en su trabajo significa terminar después de las 7 de la mañana. Los horarios de este oficio son entre 3 a 6 de la mañana por diferentes razones. Una razón es por la forma en que van escondidas las personas, a esa hora aún está oscuro, otra es por el horario de trabajo. A esa hora solo cruza gente que va a trabajar, lo cual agiliza de alguna forma la línea y permite burlar la frontera con más facilidad. Aun así, Don Robert mandaba a todas horas del día guiándose por su corazonada.

A Don Robert no le gustaba la ostentosidad. Aunque sus carros eran del año, eran discretos y color blanco. Tenía la teoría de que un carro blanco se veía “menos placoso”.  Aun así aquí en El Bordo no es necesario ser ostentoso, toda la malandrinada se conoce.

Si iba a restaurantes caros, era con su familia. Se entretenía patrocinando equipos de fútbol rápido. Tanto fue de su agrado que remodeló la cancha del barrio. La pinto toda, pinto el logo de diferentes equipos alrededor de la cancha, limpio las gradas de basura y acomodo a un velador para que siempre mantuviera limpio y el drenaje destapado. Llegó a hacer rifas y kermeses para niños con enfermedades a petición de las mamas o familiares. Don Robert era ese señor de la vieja escuela, iba a misa cada domingo, le dedicaba tiempo a la familia y le gustaba cuidar de los suyos.

Por eso mismo Los Del Barrio sabían que podían acudir a él cada que se metían en algún problema. Don Robert era amigo de gente en la más alta esfera del cartel.

“Don Robert, como esta?” decía el Fler por teléfono.

“Bien bien aqui ando con mi señora, que paso como andas?” contesto Don Robert.

“Nada, todo bien, bueno mas o menos, tiene chance de hablar?”

“Si, echale ahora que hicieron?” pregunto Don Robert.

Después de terminar de explicarle la situación, Don Robert les dijo que iba a ver qué podía averiguar sin preguntar mucho para no enredarse el. Después de unos ligeros regaños comprendió la situación y se puso de nuestro lado.

Pasaron 2 horas y Don Robert regresó la llamada. Todos ya se habían quedado dormidos en los sillones del cuarto del Fler. El sonido del celular los despertó.

“Bueno..” contestó el Fler tratando de despertar.

“Ya supe, al parecer el tío de la víctima es un vato pesado, de hecho lo mire hace unos días, me pagó un dinero. Me dijo que si anda enojado y que alguien se las tiene que pagar así que yo les diría que se la llevan tranquila un rato en lo que vemos que pasa, el vato es de gobierno y se puede pasar de verga, asi que bajenle a su pedo y anden tranquilos.” les advirtió Don Robert.

“Ya dijo Don Robert, pues entonces andaremos pendientes de cualquier cosa, nos avisa si escucha algo y pues un chingo de gracias por el paro.” le decían todos por el celular.

“No cual gracias cabrones, dile al pinche Güero que pa’l otro partido me anote 10 goles el cabrón” les contestaba Don Robert.

“Chale, no pues no hay que salir para que no nos agarren valiendo verga.” dijo el Güero.

“Simon hay que quedarnos guardados un rato hasta que Don Vergas indique.” le siguió el Chaky.

“Chale ojala no nos salga caro este cabrón” dijo el Mando refiriéndose al muerto.

Todos se quedaron pensativos.

Comentarios

Entradas populares