Capitulo 2 : Los Del Barrio


 
Pasaban las 3 de la madrugada y el grupo norteño seguía tocando corridos. Solo seguían ocupadas 2 mesas en aquel pequeño comercio de mariscos. En una de las mesas se encontraban 3 hombres de entre 37 y 45 años. Su apariencia era de policías. De hecho uno portaba una camiseta con el logo de la Policía Municipal. Curiosamente la portaba volteada, con la parte de afuera hacia adentro, lo cual no tenía sentido ya que aún se miraban las letras. Cada uno de ellos portaba 3 pistolas. Una a la altura del tobillo, otra en la cintura, y otra en el porta-pistolas debajo de la axila a la altura de las costillas.


En la otra mesa, estaba un grupo de 6 jóvenes de entre 17 y 20 años conocidos como “Los Del Barrio”. Solo uno de ellos iba armado. El Neto. El Neto se dedicaba a la venta de perico al menudeo. Podía vender poco más de 2 o 3 onzas en un fin de semana. El Neto, chaparrito de 20 años, ya tenía un aspecto mucho más grande. Desde los 15 ya le salia barba.  En su cangurera portaba una Beretta 9mm con dos cargadores abastecidos. Sus amigos tenían ocupaciones similares. Algunos vendían otras sustancias al menudeo, a veces les salía un jale y brincaban “trabajo” al otro lado, ya sea gente o merca, y se ganaban unas monedas. Otras veces punteaban secuestros o asesinatos para quien lo pidiera, muchas veces sin paga alguna, solo por hacerlo. Algunos ya habían matado y secuestrado ellos mismos.

Entrada la noche, el grupo de cada mesa fue coincidiendo más y más en el baño, donde la gente dura más periqueando que usando el baño. En una de esas, el Neto se topó con el de la camiseta de la Policia.Se ofrecieron un pase intercambiando bolsas de perico cada uno, se saludaron y se dieron el tipico “Aqui estamos a la orden”.

Cada mesa se compartía el norteño para pedir música. En el baño cada vez coincidian más todos los miembros de cada mesa, al grado de estar periqueando todos juntos en el baño. La periquisa duró alrededor de 30-40 minutos. De pronto, uno de los jóvenes de nombre Gonzalo alias Fler, sale del comercio para prender un cigarro de mota, y el Neto lo acompaña. Mientras uno prende el cigarro, el Neto empieza a orinar entre dos carros y la banqueta. Al mismo tiempo, el de la camiseta de Policía Municipal, sale a orinar afuera también, ya que los baños adentro estaban ocupados. Cuando él apenas empezaba a orinar, el Neto ya iba terminando, mientras el otro joven le pasaba el cigarro. El Neto terminó de abrocharse el cinturón de su pantalón, tomó el cigarro de mota y mientras fumaba, sacó de su bolsillo un bulto de perico para pegarse y ofrecerle al Policía.

“Un periquito compa?”

“Nos lo echamos” contestó el señor mientras tomaba la bolsa. Se dio uno, dos..y justo cuando terminaba de inhalar, su mirada cambió.

“Ustedes me quieren matar a la verga! Es un cuatro o que!? Quienes son pa’ quien chambean o que!? Ahorita los voy a radiar a la verga! A mi se me hacen que son contras a la verga!” Les decía el de la camisa de policía, claramente alterado mientras sacaba el arma que llevaba en la cintura..

Los jóvenes se voltearon a ver confundidos uno al otro sin saber que chingados estaba pasando. Y antes de que le pudieran contestar, el Caraloca tomo al Fler del cuello de su camisa y le apuntó en la cara mientras lo empujaba contra la pared. El Fler era delgado, y Caraloca era gordo y alto, lo domino rápido por más que el Fler opuso resistencia.

“Nadie le quiere hacer nada oiga, y si quiere radiarme hagalo me vale verga, yo chambeo pa’ los mismos, y si quiere pregunte! ¡Uste’ se está ondeando!” le gritaba el Neto.

“Haber si cierto a la verga, yo soy el Caraloca! ¡Y soy gente del cartel! Y donde sea mentira lo que me estas diciendo los vamos a pozolear por mangueras, oyeron!?” les gritaba el Caraloca sin quitar la mirada ni la pistola de la cara del Fler.

“¡Más vale que suelte a mi compa pinche viejo loco!” le gritaba el Neto mientras sacaba su arma, le subía tiro y se la apuntó al Caraloca.

No se necesitaba averiguar mucho para saber por qué se había ganado ese apodo. Tenía un ojo más abierto que el otro y las cejas igual. Como una fusión entre el Loco Valdez y Forrest Whitaker. Era lo que le daba el aspecto de loco. Y al parecer también bipolar.

Mientras adentro, ninguna de las dos mesas sabía lo que estaba pasando entre los demás jóvenes y el Caraloca. El Caraloca solto al Fler, tomó el radio y alertó por la frecuencia.

“Sígueme apuntando, me vale verga!.. ‘Quiero correr un nombre, alias Neto, de alla por x30, de con el 4 dice’ donde no estés con nadie te va cargar la verga a ti y ala bola de pendejos que vienen contigo” le aseguró él Caraloca al Neto.

El 4 era el encargado del área donde operaba el Neto y sus amigos.  Su trabajo era cobrarle plaza a todo narco, tirador o pollero que abarcara ese terreno pegado a el bordo. No era jefe de alto rango, pero si estaba en las filas del cartel. En cualquier momento el 4 respondería por ellos y el enredo terminará pensaba el Neto y el Fler, pero de repente algo pasó.

No escuchaba bien porque el Caraloca se había alejado un poco, pero conforme se acercaba alcanzaba a escuchar un poco lo que decía. El y el Fler se seguían viendo muy confundidos por lo que estaba pasando.

“..Si señor, una disculpa. Yo me aseguro que nadie los moleste, no se preocupe. Y aquí               estamos a la orden ya sabe.” decía el Caraloca al radio.

“Que son ustedes del 7, ¿trabajan para él?” le pregunto a los jóvenes en un tono más moderado.

El Neto, aunque nervioso, nunca lo hacía notar. Se dio cuenta que algo le había obligado al señor Caraloca a ‘bajarle de huevos’ como decimos en las calles. Ahí supo que la suerte estaba de su lado y siguió con tono desafiante. Y volvió a guardar su pistola

“Es el vato de mi prima Karina, por que?”

Cuando escuchó su nombre, Gonzalo no pudo evitar pensar en Karina. Por un momento olvidó la situación. Se conocían desde niños y a pesar de que Karina era 3 años más grande, siempre fueron muy cercanos. Platicaban mucho de sus metas, sueños, de que querían ser de grandes, de la vida. Los dos buscaban salir del barrio a como fuera lugar. Los que los conocían no se cansaban de echarles carrilla de enamorados, y aunque sí llegaron a compartir noches juntos, nunca fueron pareja y el destino los apartó. Karina se fue en busca de una vida de lujos con parejas que la consideraban un trofeo por su físico, aunque no la trataran como tal, y Gonzalo a vivir la vida recia en el barrio buscando ser alguien de la forma que fuera. Y ahora si bien en escalas sociales diferentes, los dos seguían siendo parte del mismo entorno criminal. Su nombre le trajo bonitos recuerdos, hasta se le olvidó que estaba en media negociación por su vida y la de el Neto.

“Ah no pues eso hubieras dicho, el 7 trae su propio comando, es brazo armado de los jefes de la plaza.” le dijo el Caraloca ya más calmado y un tono más relajado al Neto mientras se pegaba otro pase de perico.

“Si se quien es y a que se dedica oiga, por lo mismo no lo molesto por cosas como
estas, solo emergencias. Me ubican como gente del 4 por que es con el que me reporto
cada mes. Mas no quiere decir que no tenga más conocidos.” 

“Todo bien morros, no se preocupen, somos de los mismos y estamos para
cuidarnos.” les afirmaba mientras se atascaba la bolsa de perico hasta su fin y le acomodaba la camisa a Gonzalo. Después de eso, lo palmeó en el hombro y regresó a su mesa.

El Neto y el Fler se quedaron afuera terminando el cigarro de mota para calmar la adrenalina que les había activado la locura del Caraloca. En eso sonó el celular de el Neto. Un número extraño.

“Bueno, ¿quién habla?”

“Soy yo, Pedrito. Que rollo te la hizo de pedo el ruco ese, pa’ alinearlo a la verga?” Al otro lado de la bocina del celular se escuchaba la voz del 7.

“No, no todo bien. Solo un malentendido, no pasó nada. Cómo supiste que me estaba
radiando?”

“Aquí estoy en la blindada escuchando la frecuencia viendo a quien hay que visitar jajaja”  decía el 7 en tono burlesco.

“No pues gracias, todo bien con el ruco, ya anda pedo y loco. Ya le bajo de
huevos. Le había tronado el casco” le decía el Neto riendose.

“Ya está we, cualquier cosa aquí andamos. Mañana paso a saludar a tu Jefita.”

En ese entonces las batallas internas dentro del cartel tenían a todos en la calle muy alertas. Todos los días había gente a quien matar, o ‘visitar’ como le decían ellos. Por eso la actitud del Caracola y también por eso el 7 estaba tan atento a la frecuencia ese día, solo esperando haber a quien hay que levantar. Se supone que la plaza la controlaba el mismo cartel, pero empezaron los secuestros que “nadie” sabía quién había sido. Se les preguntaba a todos los jefes y encargados y nadie sabía nada. De repente se les perdía trabajo o el gobierno les decomisaba jale o casas de seguridad, y nadie sabía nada. Así empezaron a pegarse unos a otros. Era como la película “La Purga”, todos contra todos y todo se valía.

El Neto y sus amigos tuvieron suerte esa noche, pero todos los días se daban momentos parecidos. Momentos que se convierten en un estilo de vida. Decidir quien vive o muere por medio de una llamada se vuelve algo normal. Morros como ellos rifando el pellejo por mero gusto, ya ni siquiera por necesidad. Productos de la infame Narco-Cultura.

Todos crecieron juntos y no les importaba dar la vida, o quitarla, por el otro. Ernesto alias el Neto, Gonzalo alias Fler, Alfredo alias el Güero, Armando alias Mando, Victor alias Chaky, y Javier alias Bimbo. Los últimos dos son hermanos. Eran vecinos cercanos, algunos vivían a unas cuadras, otros a dos casas. Todos se reunían en casa de el Neto desde los 11 años. Edad que Gonzalo conoció a Karina. La mamá de el Neto, Doña Aurora, siempre los vio a todos como sus hijos y los recibía en su casa.  Karina vivía a 4 cuadras, le gustaba ir a comer con su tía Aurora los domingos. Gonzalo siempre iba por ella a la salida de la escuela y la acompañaba hasta su casa, podían durar horas platicando.

Gonzalo era el introvertido del grupo. Siempre fue muy tímido de niño, pero las calles y maldades cometidas le habían forjado un carácter más duro y confrontativo. Las calles le sacaron un lado extrovertido. Por fuera parecía ser muy malo, más bien sí lo era, pero por dentro seguía siendo un niño tímido que dibujaba letras mientras escuchaba música en sus audífonos. No habla mucho a menos que te tenga confianza. Ya había conocido la cárcel americana por traficar, pero eso nunca detuvo a nadie para seguir en la quema. Solo se había graduado de una escuela más grande, la cárcel federal. Salió y volvió con más contactos y más astuto.

Los hermanos Victor el Chaky y Javier el Bimbo eran vecinos de el Neto. Su mamá se había ido a vivir al otro lado de la frontera y le mandaba dinero para que se encargaran de mantener la casa. Desde muy chicos aprendieron a vivir solos y eran muy unidos, solo se llevaban 1 año de diferencia. Lavar ropa, hacer los pagos de la casa, comprarse uniformes, prepararse para la escuela, comida, limpieza, todo lo que implica ser independiente. Chaky era el menor, pero el más inteligente. El Bimbo era feliz haciendo lo que su hermano le indicará pero aun así le gustaba contradecir todo lo que le decía, era una relación muy cómica. Lo obedecía pero lo contradecía por diversión. Los dos tenian una bizarra atraccion por la violencia y tortura. El Chaky tenía una tiendita vendiendo cristal y el Bimbo se encargaba de que no se perdiera nada. Ellos eran más de “Usted no más díganos a quién hay que visitar”. Si no estaban haciendo un mandado para el cartel, pasaban todo el día fumando mota y diciendose chistes uno al otro.

Alfredo el Guero y Armando el Mando eran muy cercanos también. Se conocían desde la cuna, sus familias se llevaban bien desde antes que nacieran. Estudiaban al otro lado de la frontera en la misma escuela que Gonzalo el Fler. Juntos empezaron a cruzar droga y personas desde muy chicos. También le entienden a lo bélico. Sus papás y tíos eran amantes de las armas y miembros del cartel por eso el Guero y Mando habían aprendido a usarlas. Les gustaba usar equipo táctico y salir a buscar problemas. Jugaban a ser del cartel desde antes de serlo. Se metían tanto en problemas que a sus familiares no les quedó de otra más que aceptarlos en el negocio familiar.

El Neto era el líder. Tal vez por tener un aspecto y mentalidad de una persona más grande. Era firme en sus decisiones y nunca se echaba para atrás cuando las cosas se ponían feas. No le gustaba la violencia extrema como las muertes y eso, él era más comerciante. Le gustaba ser vendedor y tenía facilidad para crear relaciones. Tampoco le interesaba traficar hacia el otro lado, lo suyo era el comercio. Cuidaba de su madre y de su tía, la mamá de Karina. A Karina la miraba como una hermana.

Todos en una edad donde piensas que ya nadie te cuenta nada. El tiempo les haría entrar en cuenta que la vida nunca deja de sorprenderte.

Karina duró más de 3 años sin ir a visitar a su tía. Vivió tiempos muy difíciles de relación en relación, saliendo con hombres por dinero. Rodeada de lujos al mismo tiempo que de abusos físicos y mentales. Se sentía tan decaída que no quería que su tía la mirara así. Fue hasta que tenía 3 meses con Pedrito que decidió presentarselo a su tía. Llegó un martes por la tarde al barrio sin avisar. El Neto estaba viendo novelas con su mamá cuando de repente se estaciona una camioneta Suburban negra nuevecita.

“¿Quién viene hijo?” le preguntó doña Aurora a el Neto.

El Neto se asoma por la ventana haciendo a un lado la cortina. Se escuchan unas voces, unas puertas de carro y entrando por la puerta del patio el Neto alcanza a ver a mujer y a un hombre.

“Creo que es la Karina ‘ama”

En eso la puerta de la casa se abre y entra Karina con una sonrisa de oreja a oreja feliz de volver a casa de su tía.

“¡Holaaaaa!” llegó saludando a el Neto y a su tía con un fuerte abrazo a cada uno. Sentía mucha felicidad volver a abrazar a su tía que no quería soltarla. Después del caluroso recibimiento por parte de su tía, les presentó a su nuevo novio.

“El es Pedro tia, Pedro ella es mi tía Aurora, mi segunda mamá, ya que a la primera le valgo madre” dijo en tono de burla.

“No digas eso hija, tu sabes que tu mami te quiere mucho.” le corrigió su tía

. “Es broma tia, mira Neto, el es Pedro, mi novio”

“Mucho gusto, Pedrito a la orden” le dijo Pedrito a el Neto mientras le extendía la mano para saludarlo.

“Mucho gusto pareja, soy Ernesto o el Neto, como gustes todo bien” le contestó el Neto aceptando el apretón de manos.

Apenas estaban en medio de la presentación cuando se estaciona otro carro afuera y se escucha una voz gritar.

“Netoo!”

“¿Quién es?” preguntó Karina

“Es el Fler, quedó en pasar por mi para ir a hacer un mandado..” le contestó a Karina
“..hay voy we, deja me cambio de camisa!” le gritó al Fler. “Ahorita vengo ama, voy con este we a hacer una vuelta, deme su bendición..” le dijo el Neto a su mama.

Un “Ah” rápido fue lo único que pudo expresar Karina al pensar en Gonzalo. Se puso muy nerviosa al tener a Gonzalo y a Pedrito en el mismo lugar. Hace mucho que no miraba a Gonzalo, pero lo que sentía por él revivió al escuchar su nombre. Desde que era chica Gonzalo se le hacía una persona muy interesante e inteligente, nunca se lo dijo pq siempre pensó que Gonzalo no se fijaría en ella, pero era su primer amor. Hoy con Pedrito se sentía agusto porque tenía todo lo que ella quería encontrar en un hombre. Tenía poder y dinero y no la golpeaba y para Karina eso era más que suficiente, ya había sufrido mucho y estar en una buena situación en verdad la hacía sentir muy bien, Si bien era una atracción intensa y con cariño, pero aún no se atrevía a llamarlo amor. Ella tenía la idea de que se podía enamorar de cualquiera que la tratara bien y le diera lo que ella quisiese. Asi se llamara Pedrito o Gonzalo.








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